TASA DE DESEMPLEO
El cálculo del desempleo se realiza identificando el porcentaje de personas que están buscando empleo activamente pero no logran encontrarlo, en relación con la población activa total. Es decir, se divide el número de desempleados entre el total de personas disponibles para trabajar y se multiplica por 100. Este cálculo ofrece una imagen clara de la salud del mercado laboral y permite tomar decisiones para mejorar las condiciones de empleo.
Existen tres tipos principales de desempleo:
Desempleo cíclico: Surge cuando la economía atraviesa periodos de crisis o contracción. En estas situaciones, las empresas producen menos y comienzan a recortar personal, lo que genera un aumento en la cantidad de desempleados. Cuando la economía se recupera, este tipo de desempleo tiende a disminuir.
Desempleo estructural: Aparece cuando hay un desajuste entre las habilidades de los trabajadores y lo que las empresas necesitan. Por ejemplo, esto puede ocurrir si la tecnología avanza y ciertos empleos se vuelven obsoletos, dejando a las personas sin opciones laborales adecuadas.
Desempleo friccional: Es el resultado natural del cambio de empleo. Este ocurre cuando las personas renuncian a un trabajo para buscar uno mejor o cuando recién se incorporan al mercado laboral. Aunque es temporal, forma parte del dinamismo normal de cualquier economía.
Cada tipo de desempleo tiene sus particularidades y requiere soluciones específicas. Entender estas diferencias ayuda a diseñar políticas más efectivas que impulsen el empleo y reduzcan sus impactos negativos.
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